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Fotografía de la plaza de armas de abancay

No se Avanza cuando se Gobierna viendo el espejo retrovisor

A 100 días de la Gestión del Alcalde de Abancay

“Necesitamos un gobierno que resuelva los problemas y tome buenas decisiones… no que excuse sus indecisiones e inacciones”

Mark Paira(*)

Publicado: 2015-04-13

Cuando un gobierno nuevo alcanza sus primeros 100 días de gestión y sea este local, regional o nacional los ciudadanos esperamos un informe detallado de los resultados alcanzados durante los tres primeros meses, las acciones que se tomó con respecto a la situación problemática encontrada, pero fundamentalmente se espera acciones positivas para resolver los problemas urgentes de la ciudadanía. 

Al revisar el gobierno de Manuel Campos ahora que ha transcurrido los primeros cien días, me pregunto: ¿Qué hacer para seguir avanzando? No es posible pensar que Abancay siga el sendero del Desarrollo si la inversión pública está absolutamente paralizada – 54 millones paralizados - los problemas de inseguridad ciudadana, limpieza pública, el transporte público, el comercio ambulatorio, etc. se agudizan más en sus problemas de siempre ni tampoco se ven acciones por parte de la Municipalidad para resolver estos problemas que aquejan a la ciudadanía en su conjunto.

Para seguir avanzado necesitamos un liderazgo de concertación, de dialogo sincero con el pueblo y continuar con la política de democratizar la inversión pública a los distritos y comunidades del ámbito de la provincia, lamentablemente el que tenemos es un gobierno conflictivo, sin liderazgo, apático para solucionar los problemas y que constantemente confunden autoridad con autoritarismo y han hecho de la mentira un instrumento de la política, de esa política de pacotillas.

Me gusta la analogía de gobernar una ciudad con la de manejar un carro o auto. No se puede conducir un auto viendo el espejo retrovisor, no es posible hacerlo observando el tablero de control; no se avanza con aceleraciones en neutral, y tampoco en reversa; ni se puede andar con el freno de mano puesto. De ninguna manera, un auto se conduce viendo hacia adelante.

De la misma manera, para tomar las decisiones adecuadas que ayuden a resolver los problemas y seguir avanzando, urge al Alcalde revisar sus propias acciones y la de sus colaboradores, quién o quiénes en el gobierno están atados al pasado (espejo retrovisor) quién o quiénes están ajustando el freno de mano, quién o quiénes están obsesionados con cobrar venganza a sus opositores al gobierno, seguir con esa obsesión de tergiversar y lanzar titulares con información falsa… es evidente que quieren retrocesos (reversa) y por eso se dedican a dar puras aceleraciones en neutral.

Todos queremos que se avance, que se resuelvan los problemas, que concluyan con las obras paralizadas por esta gestión, que se gestionen más recursos para las obras que el pueblo necesita, pero no es posible “mover a Abancay” sin esperanza ni rumbo seguro. Tampoco es posible mover la ciudad sin liderazgo. El liderazgo de hombres que tienen la responsabilidad de conducir destinos de un pueblo es mucho más que solo administrar la institución municipal y presentarse como autoridad dando mensajes de sus lamentaciones y absurdas justificaciones de sus indecisiones e inacciones que ya son evidentes y que escucharemos más de lo mismo cuando realicen su informe de cien días de gestión. El verdadero liderazgo político se afirma en la credibilidad y la confianza que el pueblo tiene de sus autoridades y eso se refleja desde la personalidad hasta las acciones del hombre que gobierna.

Por desgracia este gobierno no tiene credibilidad ni confianza, la duda del pueblo sobre los logros de esta gestión cada día crece, la desconfianza de no contar con obras publicas agobia a quienes viven en los barrios y comunidades campesinas. No se gana credibilidad con indecisiones, con acciones conflictivas y odios, se gana credibilidad con la concertación, con el dialogo sincero, con acciones claras y más inversión pública.

Abancay necesita un gobierno sincero, que respete y amplíe las libertades, que provea seguridad a los ciudadanos, las familias y su propiedades, que sea congruente entre lo que dice y hace, que los servicios que presta retroalimenten la credibilidad en el gobierno. Es necesario que la clase política respete la ley y no abuse del poder, que se combata la corrupción denunciándolo y no solo por medios. Que respete el Estado de Derecho y las reglas del juego del ejercicio del poder, la inversión y la economía, y de la vida social.

(*) Máster en Gerencia Pública F. markpaira / T. @mark_paira 


Escrito por

Mark Paira

Lic. en Administración, Máster en Gerencia Pública, Maestría en Gobierno y Gestión Pública.


Publicado en

Tiempo de Cambios

Blog de Política, Economía y Sociedad del Sur Peruano